miércoles, 19 de febrero de 2014

28.- El Primero de Mayo de 1936 en La Bañeza.-


José Cabañas


Del libro “LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA” (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas – Valduerna, Valdería, vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras localidades provinciales -León y Astorga- de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens por José Cabañas González.
(+ info en www.jiminiegos36.com)
Por acuerdo de la Federación Socialista Provincial, en la conmemoración proletaria del Primero de Mayo de 1936 en La Bañeza tomará parte Isidro R. Mendieta, de Madrid (redactor de Claridad), y en Santa María del Páramo Avelino Rodríguez y Domingo Fernández González. En Astorga participará el madrileño Segundo Serrano Poncela (de la Federación Nacional de Juventudes Socialistas; no podrá asistir y lo sustituye Mendieta), junto con Fernando Montoliú, del Comité Central del Partido Comunista (intervendrá el correligionario Daniel Belda en su lugar), Isabel Domínguez, de la Juventud Socialista de León (será sustituida por Joaquín del Palacio, liberado el 30 de abril tras su paso por las prisiones de La Coruña, Mahón y Palma de Mallorca), y el alcalde Miguel Carro Verdejo, presentados por Manuel Gervasi Sierra. En Valderas y Algadefe de la Vega Francisco Valverde y Falconerín Blanco. David Escudero Martínez se ocupará del discurso en el acto de Mansilla, y en Veguellina lo harán, por la tarde, Moro (posiblemente se tratara de Pablo Sánchez Moro, secretario local de la CNT) y el diputado socialista Luís Rufilanchas (sería fusilado con once más en La Coruña en julio de 1937). En toda la provincia (también en Ponferrada, Sabero, Cistierna y Sahagún) hubo manifestaciones grandiosas y mítines concurridísimos, “destacándose con sus distintivos y uniformes las Juventudes Unificadas, lo mismo de un sexo que de otro, pues las mujeres aportaron como nunca su colaboración entusiasta, sin que tampoco se dieran incidencias” (ya por entonces, según Victoriano Crémer, mujeres derechistas vestían con predominio del verde, color emblemático de la monarquía -por el acróstico Viva El Rey De España-, luciendo un ostensible y desafiante crucifijo sobre el pecho).
Manifestación del 1º de Mayo de 1936 en La Bañeza. (Archivo del autor)
Con impresionante disciplina y entusiasmo se celebraba también la Fiesta del Trabajo en La Bañeza (la última que allí y en los demás lugares se daría en cuatro décadas, y también en esta, como en las anteriores, “por tener que ausentarse”, cedía el alcalde titular (Joaquín Lombó Pollán) la vara municipal al primer teniente de alcalde, el socialista Ángel González González), recorriendo las principales calles de la ciudad una manifestación nutridísima encabezada por los Pioneros Rojos y las Juventudes uniformadas (que prenden también en sus camisas y corbatas una estrella), realizándose por la tarde en el Frontón Novedades el mitin más concurrido que se conoce, en el que tomaron parte Toribio Santos Santos (presidente de la Casa del Pueblo), introductor de los oradores Ildefonso Cortés Rivas (médico astorgano que alude a la huelga que están sosteniendo los obreros bañezanos de la Azucarera, en brazos caídos desde hace días contra el incumplimiento por la empresa de las Bases de Trabajo; parece ser que “el alcalde requirió el auxilio de la Guardia Civil, quitando la razón a los que la tenían”, dice el semanario El Combate desde Astorga), y los compañeros Santiuste (directivo del Partido Comunista de León), un sindicalista “que hace votos por la unificación proletaria”, e Isidro R. Mendieta, todos muy aplaudidos. Por la tarde hicieron los trabajadores una festiva gira por las orillas del Duerna.
Sabemos algo más de lo sucedido en aquellas fechas en la factoría bañezana por el testimonio que Alejandro Latorre, entonces empleado en sus talleres, nos acerca en mayo de 2009: se pretendía la equiparación en el trabajo con la azucarera de Santa Eulalia del Campo, de la misma compañía, y la totalidad de los obreros se encerraron y ocuparon la fábrica a lo largo de todo un día y una noche, en la que “durmieron dentro todos juntos y amontonados, después de que los familiares les hubieran echado comida por encima de la tapia y a través de una alcantarilla cercana a la entrada”. 

27.- La Bañeza en la red Embassy.-




La Bañeza siguió siendo durante todo el siglo XX en el noroeste peninsular importante cruce de caminos, y por ello llegaría a ser en el transcurso de la segunda guerra mundial uno de los eslabones de la red y ruta de salidas clandestinas de refugiados europeos, semitas y otros, que huían de los nazis organizada por los aliados, la que a cargo del médico gallego Eduardo Martínez Alonso los trasladaba (a veces atravesando Europa) por los Pirineos para ponerlos a salvo en Portugal desde Redondela, junto a Vigo, transitando antes por lugares como Jaca, Pamplona (quien debía de ser un fraile capuchino se ocupaba de proteger a los que entraban por Navarra), Miranda de Ebro, el madrileño Café Embassy (Salón de té, importante nudo de la red en su trastienda y en la vivienda de su dueña, encima de aquel sofisticado y frívolo local, además de lugar en el que recalaban todo tipo de espías de unos y otros contendientes), el Hotel Oliden de León, y Tui, “donde algún párroco acogía a grupos de jóvenes extranjeros a los que acompañaba a cruzar por el Miño a Portugal vestidos de seminaristas”.

El madrileño salón de Té Embassy en los años 40.
Vigo solía estar “excesivamente vigilado, y cuando ven aparecer un coche británico con matrícula diplomática (en tales vehículos desplazaban a los perseguidos a los que se daba amparo), de acuerdo con la Gestapo, están muy pendientes de sus movimientos”, por lo que se trataba de burlar la vigilancia haciendo noche en la carretera. Otra alternativa era “desviarse por Santiago de Compostela vía Porriño…, y hacer noche en La Bañeza, o en el Hotel Oliden de León, viniendo desde Madrid. El director del  alojamiento en La Bañeza es amigable y no suele pedir documentación, y si lo hace pide solo la del propietario del coche (del Cuerpo Diplomático inglés), a quien se le carga la cuenta. Una copia del registro va a la policía, pero si se llega después de las 10 de la noche, la policía no la recibe hasta el día siguiente, cuando los huéspedes ya han salido del hotel. Los salvoconductos se pueden falsificar con facilidad. Si las personas no tienen aspecto muy extranjero, pueden pasar por españoles, como en el leonés Hotel Oliden, donde son un poco más estrictos y no deben dejarse ver demasiado, en cuyo caso, deberán registrarse como españoles y como chóferes del coche. Deberán salir para Vigo por la mañana muy temprano. En verano es más fácil el proceso, porque no hace falta hacer noche en la carretera. No me atrevo a sugerir la ruta de Salamanca (por la frontera entre Ciudad Rodrigo y Fuentes de Oñoro, por la que se había “contrabandeado” a veces a perseguidos polacos y a prisioneros extranjeros liberados o evadidos de cárceles y campos de concentración españoles, como el de Miranda de Ebro), pero no hay ningún motivo por el que la ruta Vigo-norte de Portugal  no deba utilizarse con éxito”.
Tal aparece en uno de los informes que en 1942 hacía llegar el médico Eduardo Martínez a los responsables británicos de aquella red de evasión. El alojamiento de La Bañeza al que se alude era previsiblemente el del Hotel Magín (años más tarde Hotel Madrid; regentado por Magín Perandones de la Fuente, hijo de José Perandones Cabo), único de tal categoría en la ciudad entonces, pues el otro de los dos existentes en los años anteriores, el Hotel Victoria (Hotel Reina Victoria en los años de la dictadura de Primo de Rivera), no volvió a funcionar como tal después de ser requisado al inicio de la guerra civil a su dueño (socialista) para instalar allí un cuartelillo de Falange que en 1940 aún se mantenía, acogiendo luego durante años diversas sedes de los organismos juveniles y otros del franquista Movimiento Nacional.

26.- Un niño bañezano en las primeras Colonias Escolares Leonesas.-



La Colonia Escolar Leonesa, de 1895, en marcha para el baño (foto del aficionado D. Manuel Diz)



Bajo la influencia de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), por el Museo Pedagógico (antes Museo de Instrucción Primaria) se organizaron en 1882 (el mismo año en que se acomete el servicio de alcantarillado en León) las primeras Colonias Escolares de Vacaciones en España, según modelos y postulados pedagógico-sociales e higiénico-sanitarios ya difundidos en Europa por Pestalozzi y otros renovadores de la enseñanza (funcionó en los años republicanos en La Bañeza un colegio bajo la advocación de la también avanzada pedagoga María Montessori, a cargo de los docentes Clotilde Pascua Riesco y Pedro Rubio García), y seguidos en nuestra tierra por médicos como Ramón García Ponce, titular entonces de Castrocalbón y autor del Compendio de higiene, o Arte de conservar la salud (1883).
Desde 1895 funciona una Colonia Escolar Leonesa en la capital provincial (se mantuvo hasta 1935), solo “para niños pobres elegidos entre los de las escuelas municipales de la capital y algunos del resto de la provincia” aquel año. La del siguiente, organizada por el médico Ramón Pallarés Nomdedeu y Alfredo López-Núñez Villabrille (colaborador en prensa masónica y tal vez masón –como su hermano Augusto, “Clotaldo”, director del primer El Diario de León, “periódico de la mañana”, entre 1886 y 1888-; el menor de los 9 hijos del bañezano Deogracias López Villabrille, procurador de los Tribunales) entre otros, y atendida por los maestros Benito Blanco Fernández y María del Carmen Álvarez García, fue mixta en cuanto a las clases sociales que acoge: colonos pudientes (uno) y menesterosos (infancia de las clases desvalidas), y por separado de niños (29) y de niñas (11, una de pago). Parte el 1 de agosto para la playa de Salinas (Asturias) y regresa a León el día 31.
Asistió un niño desde La Bañeza, el mismo que ya lo había hecho el año anterior, Eliseo del Egido García, de 13 años, y cuyo infarto submaxilar derecho (todos los niños asistentes lo padecen) se encuentra a la vuelta notablemente disminuido. Era presidente de la Colonia Escolar Manuel Diz Bercedoniz, Ingeniero Jefe de Obras Públicas de la Diputación leonesa (y futuro constructor del Puente de Requejo unos años después), quien había dispuesto la participación “de un colono de cada Partido Judicial, de familia pobre, de entre 9 y 12 años, que sepa leer y escribir, y que necesite los baños de mar por su constitución enfermiza, débil o linfática”. Más de la mitad de lo que costó realizar la Colonia (3.959 pesetas) se sufragó por suscripción popular (2.386 pts.). En el verano de 1931 continuaban realizándose aquellas Colonias Escolares para niños y niñas de las Escuelas Nacionales leonesas y del Hospicio Provincial en la misma playa de Salinas, y se continuaba eligiendo de entre los propuestos a los infantes más necesitados fisiológicamente, a los que se les tomaban los datos antropométricos previamente y a su regreso de las mismas. 

 

25.- Guerreando en varios continentes.-


Según la relación de la Zona de Reclutamiento de León que se publica en el Boletín Oficial de la Provincia les correspondía servir en el Ejército de Cuba a los mozos del reemplazo de 1897 del ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz Ángel y Pedro Falagán Astorga, Juan Esteban Rubio, y Mateo Pérez Vallinas, y se destina al de Filipinas, según el número obtenido en el sorteo, a Manuel García Alonso, al que se le desestima la reclamación basada en que su hermano casado no puede atender a la subsistencia del padre de ambos. No toca entonces a ninguno de los quintos ser enviado a Puerto Rico.
Se había organizado en 1897 el partido republicano fusionista, liderado por Menas Alonso Franco, en algunos pueblos de la comarca bañezana, “estableciendo en octubre una Junta del mismo en la importante villa de Santa María del Páramo” (decía El Liberal el día 8), y el primero de enero de 1898 el diputado conservador por La Bañeza Rafael Mesa Mena da un suntuoso banquete en honor de Valeriano Weyler, Capitán General de Cuba hasta unos meses antes, con quien le unen vínculos de amistad desde hace tiempo. Asisten entre otros los exministros Francisco Romero Robledo y Castellano. En febrero anuncia su candidatura, frente a la del liberal bañezano Vicente González Ugidos, en las elecciones a Cortes que se celebrarán el 27 de marzo, y añade que de triunfar regalará 13.000 duros para la construcción de un edificio para beneficencia (“Falta hace”, titula el corresponsal su gacetilla). Mesa Mena se presentó al final por Ponferrada y en el distrito bañezano triunfó Ugidos. En la provincia resultaron elegidos 4 conservadores, 5 liberales, y 1 republicano (Gumersindo de Azcárate, por León). Para senadores se nombrarán compromisarios el 3 de abril, y se votarán el día 10 los candidatos; el 25 de abril se abren las Cortes.
En los inicios de aquel año son muchos los conscriptos de nuestra tierra regresados de ultramar por enfermedades que han de reincorporarse al Regimiento Burgos, de León, por haberles transcurrido los cuatro meses de licencia. Se hallan en tal situación, entre otros, Vicente Ramos Aparicio y Ángel Villar Fernández, de Alija de los Melones; Ramiro Arias Cenador, de Torneros; Olimpio Fernández Díaz, de La Bañeza; Gregorio Méndez Cabezas, de Bercianos del Páramo; José Santos Santos, de Nogarejas; Domingo Caballero García, de Villazala; Manuel Linacero Vidal, de Veguellina, y Jerónimo Álvarez López, de Miñambres. Uno de los muchos soldados que de regreso de Cuba y Filipinas heridos o enfermos son atendidos en los meses de noviembre y diciembre del año anterior en la Hospedería de la Cruz Roja por la Comisión leonesa de la Asociación es Antonio Madera Riesco, de Nogarejas y encuadrado en el Batallón de San Marcial. En la estación de León y en tal alojamiento son 1928 los acogidos entonces, sacrificados a la Patria y a ella devueltos convertidos por la campaña, las fiebres, el hambre y la derrota en espectros de sí mismos, o no regresados ni en sus restos, como creemos que fue el caso del bañezano Atanasio Cordero de las Heras, muerto en un hospital militar de Cuba en los postreros años del siglo XIX y cuya certificación de fallecimiento llega aquí el 7 de marzo de 1916, y como había sido antes el de Francisco Benavente de Blas, alistado voluntario en 1874 y fallecido en el Hospital de Santa Isabel de aquella isla, siendo cabo, cuando llevaba seis años de servicio.
Con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, tras el varapalo económico y moral que ello supuso, España buscó una mayor presencia en el norte de África, logrando en los repartos coloniales de 1904 y 1906 el control sobre la zona norte de Marruecos, mientras los obreros españoles, cuyas jornadas de trabajo superaban las doce o trece horas y no tenían descanso dominical ni cobertura sanitaria, habían ya comenzado a tomar conciencia sindical y a organizarse en un cada vez más influyente y concienciado movimiento obrero, opuesto al masivo reclutamiento de tropas (reservistas incluidos) para asegurar el control del protectorado marroquí una vez que estalla el 9 de julio la Guerra de Marruecos que habrá de prolongarse hasta 1927. Bien pudiera considerarse la guerra silenciosa de Ifni en 1957 y 1958, e incluso las escaramuzas militares de los años previos al abandono del Sahara en 1975, como tardíos y particulares episodios de la dilatada Guerra de África que se había iniciado en 1859, “cuando España alzó banderas contra el moro”, y que tantas aprensiones y temores suscitó entre tantas generaciones de quintos sorteados y en sus familias. Por cierto que de aquellas iniciales campañas de 1859 y 1860 sobrevivió el bañezano José Monroy Santos, honrado

como héroe “pensionado de supervivencia” a la altura de 1916.