jueves, 18 de febrero de 2016

Se nos fue el mejor Saxofón del siglo XX Despedida a Benigno González Valverde


José Cruz Cabo
Fue en los años cuarenta cuando comencé los estudios de educando en la Escuela de Música y más concretamente en el año cuarenta y seis cuando comencé los ensayos con nuestra grandísima banda Municipal. cuando te conocí mas intensamente.
En Benigno siempre vi una persona sencilla, agradable, dispuesta a ayudar a los saxofonistas que entraban de nuevo en la banda, pero sobre todo eras un ebanista, que le dedicaba más horas a la música que a su profesión.
Después de venir yo licenciado de la mili, volvimos a coincidir en la inauguración de la peña Real Madrid, ya que ambos fuimos fundadores, pero sobre todo cuando salian a relucir las Zarzuelas que nos encantaban junto con Manolo Friuras con los que teniamos largas charlas del tema.
También eres el último de la famosa orquesta Brasil, que formabais Benigno, Mayo, Cordero y los dos minutos, que tantas noches de fiesta y música nos regalasteis.
Tambiém fuiste un gran aficionado al futbol y hasta llegaste a jugar algo, pero para tí los partidos de La Bañeza eran sagrados, ya que junto con el Madrid, eran tus colores más emocionados
Disfrutaste de los cien años de la banda, disfrutaste de los ciento cincuenta y siempre, mientras las fuerzas aguantaron fuiste un saxofonista de una calidad grandísima y fueron muchos los años que estuviste sosteniéndola cuando era mas  necesario. desde el famoso maestro, D. Potenciano, al que tu generación reverenciaba, hasta la actual, Pachi Vélez todos los directores que a través del tiempo se han ido sucediendo sabían de tu gran preparación musical, de tu amor a la banda de La Bañeza y sobre todo a la música de todos los tonos y matices, pero con un amor                                                                                                                                                               especial por la Zarzuela y el pasodoble.
Querido amigo Benigno, tuviste una vida repleta de  exitos musicales, pero ahora que faltas,  necesito enviarle a tus hijas, hijos políticos y nietos, mi más profundo dolor pero con la convicción de que quizá no pase mucho en que te vuelva a ver en la otra vida. Hasta siempre, amigo.

jueves, 4 de febrero de 2016

Adios a un gran amigo

José Cruz Cabo
A Jesús Valle Mielgo, lo conocí recien nacido y a medida que trascurrió el tiempo, la amistad entre él y yo se fue agrandando, ya que siempre fue una personas encantadora, sencilla, amable, simpático y gran persona.
Cuando el nació yo vivia en el corralón del Barrio San Eusebio y ya tenía amistad con sus hermanos mayores, Santiago y Carmina. A la vez que fue creciendo, fui conociendo a un chico listo, avispado, juguetón y reflexivo, que juntamente con mis hermanos Juanjo y Guillermo, eran inseparables, y más de una vez cuando yo llegaba a casa después del trabajo, los encontraba jugando a la lotería con mi padre Manolillo y a mi segunda madre, Pilar charlando con su madre también Pilar, en aquella destartalada cocina que era la vivienda del corralón. Con la señora Pilar, hasta que falleció, siempre la tuve un profundo afecto.
Con posterioridad, yo ya casado y viviendo en la zona centrica, nos veiamos, en la Peña Real Madrid, entonces en los bajos del Casino y a pesar de la diferencia de edad seguiamos manteniendo la amistad. Luego se fortaleció más cuando fuimos ambos directivos de la Peña, ya en el lugar que está ahora y la amistad seguia incólume y cada día más afectuosa, pues Jesús fue siempre un chico inteligente y avispado y lleno de sencillez-
Dos veces tuve que ir al registro ya estando él como empleado en el mismo, y nada más verme se levantaba y me preguntaba el motivo de mi visita y como eran problemas de herencia, enseguida me solucionaba el asunto y el me decía adios Cruz y yo le contetaba, hasta otra Arochina, ya que su padre fue siempre el señor Arocha.
Cuando venía su hermano Santiago a pasar el mes de agosto a su pueblo, trabajó en Barcelona donde emigró joven, todavía la conversación era más amena, recordando los tiempos del Barrio San Euesebio, donde las noches del verano cenábamos en la calle varias familias reunidas y entre ellas su familia y la mia.
Cuando la Peña Real Madrid organizo las ligas de futbol sala, también nos veimos muchas veces y siempre fuimos amigos leales y afectuosos, ya que su caracter era muy agradable. También nos tratamos en Semana Santa, ya que fue directivo de la Cofradía de Jesús Nazareno y después era el encargado de uno de los pasos de la misma, y yo tenía que ir a recoger información a la directiva de dicha cofradía.
Cuando enfermó del ictus me llevé un gran disgusto, pero luego cuando lo veía con su esposa, Dolores, paseando por nuestras, calles la primera vez fue un gran alegrón para mi y siempre que nos veiamos le comentaba lo bien que lo encontraba, hasta ahora que ya nos dejó para siempre el cariño fue mutuo y su recuerdo será permanente.
En estos momentos de dolor, quiero espresar a su esposa Dolores, a sus hijos Jesús y Hector y a sus queridos también hermanos, Santiago, Carmina y Pili, mi profundo pesar por su muerte, esperando que algún día y supongo no muy lejano, podamos encontrarnos en el más allá.