jueves, 30 de octubre de 2014
Las sesiones de antaño y las de ogaño
José Cruz Cabo
Yo comencé a acudir a las sesiones municipales, en el año 1964, cuando los alcaldes eran puestos por el Gobernador Civil y era alcalde, Benigo Isla García. Entones a nadie le interesaban estas discusiones, y durante varios años fui yo el único que estaba en el salón de Pleno con los concejales, y no tenía una mesa donde poner la libreta para tomar las notas correspondientes para hacer las crónicas para El Adelanto, como la hay ahora, desde hace tiempo. Durante unos años, hasta que fue cambiado Fidel Sarmiento por su hermano Leandro, por el Gobernador Civil, solo cuando se aprobó el Plano de Urbanización, para sacarlo a información pública, era yo el único que asistía a las sesiones, que en muchas ocasiones llegaban hasta cerca de las doce de la noche, comenzando a las ocho de la tarde. Al salir el Plano de Urbanización, a información pública, todas las sesiones, hasta que se decidió enterrarlo, estaban llenas de público y en la ciudad se desató la locura, ya que los más pudientes estaban en contra del mismo, y poco a poco fueron atrayendo a más propetarios de casas o viviendas, y pareció durante unos largos meses, que en la ciudad se iba a declarar otra anarquía como la de la guerra civil. Yo desde 1965 era corresponsal también de Radio Popular de Astorga y de Diario de León, y dos o tres años después tenía también la corresponsalía de la Agencia EFE.
Cuando a finales de 1969, el Gobernador cambió al alcalde y entró a gobernar Leandro Sarmiento, lo primero que hizo fue enterrar el Plano de Urbanización y las sesiones del ayuntamiento volvieron a estar solas y yo de único asistente, hasta que en 1973, entró de corresponsal de la Crónica de León, la hija de Delfín, Lourdes Perez y Delfín comnenzó a realizar las fotografías de los plenos para dicho diario, hasta que también él entró a formar parte de la corporación municipal como delegado de la Banda y de la banda de cornetas y tambores que Delfín organizó.
Hasta que en el año 1978, comenzó la democracia y los alcaldes los elegía el pueblo en votación popular y secreta. El primero que salió fue Guillermo García arconada que consiguió siete concejales de los trece que había que elegir, entonces seguimos Lourdes, Delfín y yo, como unicos asistentes a las sesiones. A raiz de entrar Antonio Fernández Calvo como alcalde, comenzaron los bañezanos a acudir a las sesiones aunque no en mucho número pero ya la prensa no estaba sola en las mismas. Después, ya en los años ochenta, y hasta ahora, no solo hay varios periodistas en las sesiones, sino que en mayor o menor número siempre hay vecinos que se interesan por la política municipal y acuden a las mismas, sobre todo cuando seguían siendo a las ocho de la tarde, porque en esta legislatura se cambiaron para las doce de la mañana y yo ya no puedo asistir a las mismas, porque mi movilidad no es la de antes y tengo miedo de caer por las escaleras, ya que la mitad de las mismas no tiene pasamanos y al estar menos ágil que entonces puedo caerme, pero sigo estando al día de los acuerdos de los plenos, aunque personalmente no pueda acudir a ellos, ya que sigo teniendo la corresponsalía de Radio Popular de Astorga, que comencé el año 1965 y como el único gasto que les hago es la llamada telefónica para que me graben la crónica, siguen teniendo confianza en mí y de lunes a viernes sigo hablando por Radio Popular de Astorga sobre la una y veinte del mediodía. Gracias a ello sigo estando en activo y manteniendo la corresponsalía de Radio Astorga, lo que me obliga a estar al tanto de lo que ocurre a diario en nuestra ciudad.
jueves, 23 de octubre de 2014
El teatro municipal comienza a ser importante
José Cruz CaboEl teatro Municipal está demostrando que es un lugar muy valioso para conseguir que la gente se aficione al teatro, porque estas obras para los niños de los colegios, conseguirán que muchos, de mayores, se aficionen al arte de Talía y sean con el tiempo los que llenen nuestro teatro, porque no cabe duda que este espectáculo es muy importante para conseguir una visión cultural del mundo y de los vicios que nos rodean, que consiga que las personas sepan huir de los vicios y animarse a envolverse de virtudes. Yo que vi mi primera obra teatral en un teatro de Sevilla con nueve años, siempre he sido un gran aficionado a este espectáculo, que enseña, entretiene y en ciertos momentos te hace vibrar de emoción y de entusiasmo. No cabe duda que en nuestra ciudad somos ahora unos privilegiados, pues además de tener un magnífico teatro, disponemos también de dos escuelas para aprender a ver y hasta actuar en un escenario, como es el caso de Cimbalaria y de Templete Teatro, que durante el año dan cursos con gran aceptación para enseñarte como tienes que moverte en escena, como tienes que actuar, como debes modular la voz para que suene en todo el recinto con nitidez y cómo debes formate y moverte en este importante saber cultural, por lo que la misión de nuestro ayuntamiento no ha podido ser mejor en este aspecto. Conseguimos que siendo Olga Cavero concejal de cultura, el ayuntamiento comprara el teatro, y que luego otras corporaciones lo lograran poner a punto para que pudiera ser clave en la cultura de nuestra ciudad.
martes, 21 de octubre de 2014
58.- Las clases para adultos en los años 30.-
El maestro don Servando Juárez Prieto
Enseñanza Faustina
Álvarez García proponía en su ponencia La
maestra leonesa frente al problema del analfabetismo la impartición de
clases de adultos mixtas en los pueblos, aquellos en los que las escuelas eran
el único centro de cultura.
Se reorganizaban
cuando acababa el mes de noviembre de 1932 las clases complementarias y de
adultos a impartir por maestros, voluntariamente y percibiendo la correspondiente
gratificación, en graduadas y unitarias, y con dos niveles de enseñanza. Una y
otra labor se denominan ahora Obra de Extensión Escolar encomendada al
magisterio, y en ella las maestras solo podrán impartir la formación si en la
misma localidad no hay maestros disponibles o dispuestos para hacerlo.
Mediado enero de 1933 se había celebrado en Nogarejas un
acto cultural con motivo de inaugurarse las Clases Nocturnas de Adultos, que
aquel año admitirían también a mujeres, y comenzaban en La Bañeza con gran
asistencia de alumnos, después de que se acordara en el pleno municipal del 18
denunciar al Consejo provincial y a la Inspección de Primera Enseñanza que “a
pesar de haberse iniciado en todas partes las escuelas para adultos desde el
pasado 1 de diciembre, allí aún no lo han hecho”, y se apuntara que “el año
pasado el maestro Antonio Juárez Crespo no dio ninguna clase, por carecer los
locales de luz eléctrica”, y que “los maestros se han comprometido a darlas,
para mujeres y hombres, y cobran por ello, pero inexplicablemente no lo están
haciendo”. De hecho, se notifica el día 16 a Bernardo Cantón, responsable de la
Electra Bañezana, para que dote las escuelas de corriente, aunque todavía en el
pleno municipal del 18 de octubre se acordará “reparar las puertas de las
escuelas, e instalar el alumbrado, para que las de adultos, próximas a abrirse,
dispongan de luces”. Se las dotó por fin (la cuenta de su instalación se
presenta en la sesión municipal del día 16 de noviembre), de tal manera que el
11 de aquel mes se hacía preciso comunicar a la maestra directora de la escuela
graduada de niñas el ruego de que “se sirva no dejar encendidas las lámparas
una vez terminadas las clases”.
El 21 de noviembre de 1933 la Sección Administrativa de
Primera Enseñanza trasladaba a los habilitados de los partidos que “por
insuficiencia de presupuesto formalicen las nóminas de la enseñanza de adultos
para noviembre solo por los 20 días transcurridos, y no remitan otras hasta
nueva orden”, lo que sería aprovechado por la prensa derechista leonesa y
bañezana para criticar agriamente una vez más las disposiciones del ministerio
del ramo restrictivas de la enseñanza religiosa.
Según la circular sobre enseñanza de adultos emitida a
primeros de noviembre de 1935, la Dirección General declaraba obligatoria la
impartición de clases de adultos (que durarán cinco meses, desde noviembre al
fin de marzo, con dos horas por día, algún tiempo después de terminada la jornada
de trabajo de los alumnos asistentes) para todos los maestros que sirven
escuelas de niños y mixtas. Las maestras no las pueden impartir, salvo que lo
hagan gratuitamente y cuenten con autorización de la Inspección. “La Dirección
General no ignora el mayor trabajo que los maestros han de desplegar durante
los cinco meses de clases nocturnas, pero abriga la seguridad de que el bien
reconocido celo del magisterio español sabrá poner una vez más su gran
capacidad y entusiasmo en beneficio de la República española”, dice la
disposición. También en el bañezano Colegio
del Niño Jesús (que sigue rigiendo el maestro y desde el 15 de octubre de 1934
concejal Servando Juárez Prieto) han dado comienzo las clases de adultos, se
dice, cuando noviembre finaliza. En cuanto a las escuelas públicas, en el pleno
del 18 de diciembre acuerda la corporación bañezana abonar una cuenta de
12,15 pesetas por lámparas para las escuelas
nocturnas de adultos.
Expone en la disertación que el día 2 de diciembre de aquel año ofrecía en los
locales del Orfeón Leonés José María Vicente López, director de la Escuela
Normal del Magisterio de León (ya lo era en 1929), que “no es la provincia
leonesa la española con más analfabetos; regiones como las de Riaño y Murias
tienen el mínimo, comparado con los demás partidos judiciales (incluido el de
Barcelona), aunque el porcentaje es en El Bierzo aún del 60 %. En la capital hay analfabetos en los barrios
obreros, y la Normal se dispone a realizar su estadística para llevarlos a la
escuela especial que va a crear en un anexo de su edificio”. Cuenta además con
el proyecto de instalar cantinas escolares en León, en las que permanecerán los
niños desde las 9 de la mañana a las 5 de la tarde, “poniendo en práctica una
obra de solidaridad humana (no de misericordia), pues si se consiguiera que
pobres y ricos comieran juntos, cuan distantes estarían de odiarse cuando son
mayores”. Pretende también la Escuela Normal ensanchar la cultura en las
sociedades obreras y en los pueblos, contando ya con algunos aparatos
adecuados, y proyecta hacerlo también con el Museo Pedagógico, que puede
desarrollar una labor intensa en la provincia, aunque hoy sus salones estén
completamente vacíos, aspirando a que pronto lleguen fechas en que pueda
organizar cursillos para que los maestros estén al día en los modernos métodos
de enseñanza.
57.- Las Balestreras de la línea férrea Plasencia-Astorga y el progreso.-
La Compañía de los Caminos de
Hierro del Norte de España había traído ya el 23 de agosto de 1863 el tren a
León, y tres meses después, el 9 de noviembre, se inauguró oficialmente la estación
del ferrocarril, un acontecimiento que marcaría el destino de la ciudad y la
provincia después de que, apostando y jugándose mucho en ello, tres años antes
se fundara El Esla (“Periódico de intereses
materiales”, se subtitulaba, y de cuyas suscripciones en La Bañeza se ocupaba
Teodoro Marcos), en cuyo primer número ya se hablaba de la necesidad de “luchar
con todas nuestras fuerzas para arrancar de su letargo a nuestra desatendida
provincia”, en pugna con Valladolid, donde se quería que el tren llegara a León
por Medina de Rioseco y Mayorga de Campos y no desde Palencia y Sahagún, por
donde estaba proyectado, idea por la que en la capital del Pisuerga se abogaba
desde otro rotativo, La Unión Castellana,
creado con el mismo objetivo. El camino había sido favorable hasta 1858 a las
pretensiones leonesas con el decreto para la construcción de un ferrocarril de
Palencia a Galicia pasando por León y Puente de Domingo Flórez, aunque después
la financiación no llegara y el proyecto entrara en vía muerta hasta el 4 de
agosto de 1860, en que, como diría aquella publicación, engalanada para la
ocasión con grecas y gran alarde tipográfico, “se recibió en esta ciudad por
telégrafo la noticia importantísima de haberse resuelto en el sentido que la
ley y la conveniencia de consuno lo exigían la cuestión de nuestro
ferrocarril”, cuyas vías desde Palencia y la estación se construyeron en un
tiempo récord, si bien habrían de pasar casi 20 años para ver derribadas las
barreras naturales del Manzanal y el Pajares y que el tren siguiera camino
hasta Asturias y Galicia.
La línea de ferrocarril
Plasencia-Astorga (por Béjar, Salamanca, Zamora y Benavente; finalizada en
1896; el 10 de julio de aquel año se inició la explotación del tramo
Salamanca-Astorga, y veinte días antes llegaba el primer tren a Benavente) y la
estación de La Bañeza fueron inauguradas en julio de 1898 (aunque todavía en 1914
no se habría rematado, según chanza que entonces se hacía desde el periódico
mensual El Jaleo), lo que constituyó sin duda
entonces el más importante acontecimiento en la vida de la que desde hacía poco
era ciudad, y un gran empuje para su avance y el de sus comarcas. Hasta cien
braceros trabajaban a finales de febrero de 1889 en el tramo cercano a Cebrones
del Río, habiendo comenzado ya los trabajos entre la villa bañezana y Mestajas,
y en agosto, a pesar de la lentitud de los contratistas de la vía, se construía ya aquella terminal, caracterizada
por el periódico liberal El Alcázar
de chiribitil, dado su tamaño e ínfima categoría, no acorde a la industrial y comercial
de la villa y a la de su mercado semanal, estando aún cerrada la trinchera de
Santa Marina, cuyo desmonte y el de toda la explanada que daría cabida a la
estación, andenes, playas de maniobra y cajas de vías, muelles y almacenes, e
incluso a los accesos desde las calles y al mismo Jardinillo, debió de ser obra
ingente en aquella época de últimos de siglo en la que no abundaban los medios
necesarios para mover tal cantidad de tierras. En septiembre, a su inicio están
ya terminadas las obras entre Astorga y Riego de la Vega, aún con el
obstruccionismo de algunos propietarios, fundado un estribo del puente sobre el
Órbigo en Cebrones, y dos fuera de aguas del paso bañezano sobre el Duerna, y a
su fin, cuando la construcción trata de acelerarse, se entorpece por haber de
destruirse y reedificar uno de aquellos dos pilares. En noviembre del mismo año
la vía férrea intercepta todos los caminos vecinales de la villa que la unen
con los lugares que la circundan, lo que perjudica enormemente a su mercado,
pues solo hay un paso a nivel al sitio del cementerio, al que van a parar los
de los pueblos y donde el terraplén está elevado y es estrecho, con difícil
paso de carruajes, por lo que los vecinos piden su reforma (a principios de
1935 se insistirá a la compañía titular del trazado férreo por la construcción
de un paso inferior bajo la vía).
Este trazado, impulsado por el
ministro Pío Gullón, diputado por Astorga hasta que Sagasta lo nombró senador
vitalicio, fue de los últimos que se construyeron con grandes aportaciones de
los ayuntamientos por los que discurría, mediante la suscripción de acciones y
obligaciones hipotecarias que aún hoy se pueden encontrar en los archivos de
algunas diputaciones, y es previsible que algunas de ellas procedieran del
ayuntamiento bañezano, que desde luego envió informe para la Memoria que en 1867 presentó al gobierno
la Comisión Especial encargada de proponer el Plan General de Ferrocarriles,
que también incluía un ramal Benavente-León, a cuyo proyecto se opuso el ministro
maragato.
A finales de noviembre de 1893 se reunían capitalistas portugueses y españoles
para garantizar a la compañía constructora, que iniciará en breve los trabajos
(se decía en La Provincia). Los
resultados negativos de su explotación por la "Compañía de los
Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal y Oeste de España" obligarían
al Estado, ya en 1927, a incautar las líneas, creándose así la "Compañía
Nacional de los Ferrocarriles del Oeste" en 1928.
Draga construyendo en el río Esla los cimientos de un puente metálico del ferrocarril. Verano de 1896
El ferrocarril (con sus locomotoras, a las que
los campesinos de nuestra tierra llamaron durante años balestreras, porque arrastraban
vagones con balastro cuando se construía la línea) había aparecido como símbolo
del progreso, como el elemento dinamizador que la economía bañezana demandaba y
precisaba, pero también como portador de artículos, textiles y otros, que
venían a competir con los locales en precio y calidad. Su llegada al mismo
corazón del lugar y el tejido productivo que en su entorno se desarrolló
facilitaron una intensa actividad económica y comercial que posibilitó un muy
importante crecimiento económico, y a su sombra, también artístico y cultural.
Fabricas de harinas, ceras, chocolates, cuero, alcoholes, de carros y cubas,
bodegas de vinos, etc., fueron extendiéndose por el espacio agrario existente
entre el Barrio de Labradores y la estación, iniciando así la paulatina
conversión de La Bañeza en ciudad también industrial y acrecentando el carácter
comercial que desde antiguo ya tenía. Avances y mejoras como aquellos debieron
de ser apetecidos también por la vecina villa de Santa María del Páramo, que
aspiró a contar con estación de ferrocarril, cuyo emplazamiento en la localidad
gestionaba en Madrid cerca de la Compañía del Norte su
alcalde, Toribio Villalobos, en abril de 1904.
Mucho debía el bienestar de
aquellas mejoras, y deberían otras que vendrían (al decir de Vicente Fernández
Alonso en el semanario Avance del 17
de septiembre de 1932), a los desvelos de un bañezano, Leopoldo de Mata Casado,
alcalde por dos veces (de enero de 1906 a febrero de 1907, y de enero de 1916 a
diciembre de 1917), que a contraviento de los rutinarios que le llamaban loco y
despilfarrador promovió el gran acto social, audaz y salvador, del reparto de
parcelas en el Arrote y con él la revolución económica generadora de riqueza en
la ciudad, transformando aquella vasta pradera de tierra húmeda y negra casi
improductiva (reflejo de lo que hasta entonces abundaba: labradores pobres,
bestias flacas, campo raquítico y cementerio lleno de muertos jóvenes víctimas
del paludismo del que las riberas del Órbigo eran foco) en la que infelices
mujeres con caras trágicas de hambre y fiebre maceaban el lino mientras sus maridos tejían en horrendos telares
semejantes a cepos de la inquisición en un vergel al que, aplicado el trabajo
de los hijos de la tierra, se deben patatas, alubias, remolacha, casas nuevas y
automóviles, y que el rostro triste y tímido del campesino tornara en alegre,
limpio y vivo.
56.- Borrón y cuenta nueva en la Banda Municipal de Música en 1934.-

En el pleno municipal del día 25 de abril de 1934, acogiéndose al Reglamento de Directores de Bandas de Música, recién publicado en la Gaceta, solicita aumento de sueldo el director de la Banda bañezana, Potenciano Pardo Crespo, según lo establecido, un 75% de las 5.000 pesetas anuales del haber inicial del secretario del ayuntamiento, lo que le supondrá un aumento de 1.900 en el suyo. En cuanto al nuevo Reglamento de la Banda local, sigue aún pendiente de aprobación por el gobernador, y los músicos no están conformes con tres de sus artículos (aunque para elaborarlo se trató con una comisión de ellos encabezada por Juan Cuesta), por lo que cesan en sus actividades hasta que se les atienda. Al recibir el escrito con tal reclamación el alcalde los requirió a que en tanto se estudiaba siguieran actuando según el antiguo Reglamento, lo que ya no hicieron el domingo siguiente, 29, ni el 6 de mayo, por su descontento, pues dicen tocar más que antes según lo establecido para los domingos y festivos de la temporada de conciertos que abarca del 14 de abril al 15 de octubre (lo que se les contrapone como falso, pues con la supresión de fiestas religiosas actúan en ocho ocasiones menos -exponen los concejales en la sesión del 2 de mayo- y perciben mayores gratificaciones). Se dice por algún concejal (Toribio González Prieto) que tal acto de insubordinación y desobediencia no se puede tolerar y debe castigarse, y se acuerda abrir un expediente y oír al director de la Banda y a los músicos, y actuar según lo que proceda.
El día 3 se comunicaba al director y a Juan Cuesta y demás músicos abrirse expediente por lo sucedido el pasado 29 y oír sus descargos al respecto, y en el siguiente pleno estima la minoría socialista que los músicos no cometieron falta alguna, sino que como empleados descontentos de su patrono el ayuntamiento hicieron huelga. El alcalde y algún concejal de la comisión de Música manifiestan que debe de disolverse la Banda, aplicando el nuevo Reglamento, lo que resulta decidido por mayoría en la consiguiente votación, acordándose además excluir de la disolución al director, que no ha tenido responsabilidad alguna; que se satisfaga a los músicos las gratificaciones devengadas hasta que dejaron de actuar, y que entreguen al director los instrumentos propiedad del ayuntamiento en un plazo que no exceda de 10 días.
Se decide a mitad de mayo reestructurar la Banda de Música conforme al nuevo Reglamento (que establecía también que actuará gratuitamente solo en las fiestas oficiales, y no en las religiosas, aunque se puede ceder su actuación a particulares si lo acordara así la alcaldía y la comisión de Música, regulación que no impedirá que el 5 de mayo critique El Adelanto que la Banda tocara en la manifestación del 1º de Mayo -fiesta oficial-, mientras que, habiendo pedido un grupo de vecinos que actuara en las procesiones de la Semana Santa, se les puso como condición pagar por su contratación, lo que se hizo, tocando así en ellas) y se abre plazo para que soliciten su ingreso quienes lo deseen, según resultó por mayoría en el pleno del día 16, al igual que se hizo para disolverla, algo en lo que la minoría socialista no estuvo de acuerdo, por lo que ahora la reestructuración no les incumbe, dicen, y el concejal Porfirio González Manjarín, que insiste en que lo que los músicos hicieron fue ir a la huelga frente al abuso del ayuntamiento, abandonaba la sala de sesiones.
Una semana después todos los músicos menos uno habían entregado al director de la Banda sus instrumentos, y ninguno ha solicitado su reingreso, por lo que se amplía el plazo para pedirlo otra semana más, sin que tampoco a su final se haya nadie presentado, y se dispone que en la sesión
municipal de la próxima la comisión de Música adopte una solución, mientras a los nuevos educandos para la Academia de Música que se están admitiendo se les impone la aceptación por sus padres del nuevo Reglamento.
14 músicos solicitaban el 13 de junio su reingreso en la Banda de Música, y eran admitidos; se llegaba con todos ellos a un acuerdo, realizando ya el domingo, día 17, por la tarde una audición, y el 20 se continuaban recibiendo más peticiones para reincorporarse. A finales de julio, con aquel conflicto por fin resuelto, se acordaba abonar a los actuales componentes de la Banda las gratificaciones del segundo trimestre de 1934, ya que a cambio de los días que entonces no actuaron tocarán tres más ahora, que se decide sean los de las fiestas patronales de aquel año.
55.- La Cátedra Ambulante Agrícola en La Bañeza.-

A finales de octubre de 1934, sofocado ya el intento
revolucionario del inicio de aquel mes, vuelve a funcionar la Cátedra Ambulante
Agrícola en la provincia de León (el perito agrícola bañezano Mariano Seoanez
Pérez –hijo del viverista y fruticultor bañezano José Seoanez Romero- ha sido
designado para auxiliar en ella al Jefe de la Sección Agronómica), con la
previsión de celebrar pronto cursillos, en los que se imparten conferencias y
se muestran películas y actuaciones prácticas sobre diversas técnicas de
cultivo, en diversos lugares, La Bañeza entre ellos, y Santa María del Páramo y
Laguna Dalga en diciembre. Mediado
noviembre, el Servicio Agronómico Nacional expresaba al nuevo consistorio
bañezano su gratitud por la colaboración prestada en la inauguración de la
Cátedra Ambulante Agrícola.
Se celebraba en Astorga al comienzo de abril de 1935 la
asamblea de Acción Fem
enina y la inauguración de sus nuevos locales, que
comparte con Acción Agraria y Acción Obrerista, en los que se ha entronizado al
Sagrado Corazón de Jesús, oficiando el sacerdote diputado Pedro Martínez
Juárez. Además, en la Casa Social Católica tenía lugar el primer acto de la
Juventud Masculina de Acción Católica, e iniciaba sus trabajos la Cátedra
Ambulante Agrícola, con conferencias y proyecciones en el Teatro Manuel Gullón.
La Cátedra Ambulante Agrícola, que viene actuando por aquellos días en diversos
pueblos de la provincia, lo hará en el Teatro Seoanez de La Bañeza el 12, 13 y
14 de mayo, impartiendo conferencias el perito agrícola bañezano Mariano
Seoanez Pérez, hijo mayor de quien era dueño del teatro, que profesará en 1959,
a los 49 años, fallecidos sus padres, como hermano jesuita en el colegio de la
orden en León, siendo en 1965 director técnico de talleres del Centro
Residencial Infantil San Cayetano de la capital, sustituto desde 1955 del viejo
Hospicio leonés de San Francisco, en el que el antiguo agrónomo ejercerá su
cometido afablemente y sin especial rigurosidad, lejos de los malos tratos y
las sevicias infligidas por los frailes terciarios capuchinos a los hospicianos
antes de que a mitad de los años sesenta los jesuitas los sustituyeran en la
atención a los expósitos allí acogidos.
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