viernes, 15 de agosto de 2014

45.- La Sociedad Juvenil Recreativa y Cultural Bañezana El Madrigal.-

Se convocaba a finales de enero de 1933 a la juventud bañezana a una reunión en la acreditada Casa de Comidas de Fernando Delgado Fernández (en la calle Romero Robledo) para tratar de la constitución de una sociedad recreativa de baile. 
La nueva Sociedad Juvenil Recreativa y Cultural Bañezana El Madrigal (después se conocería más sencillamente como Sociedad Recreativa Bañezana) constituía entonces en junta general su primera directiva: Jesús Juárez, presidente; Francisco Perandones, vicepresidente; José María Juarez Blanco, secretario; Antonio Martín, tesorero; Ignacio Alonso Ruiz y Manuel Martín, vocales; Félix Arconada y Eleuterio Nistal, inspectores. El día 24 de aquel mes inauguraba con un baile sus salones, que ocupaban  la planta alta del Café Royal, la nueva sociedad fundada por unos cien muchachos y muchachas de distintas clases sociales (señoritos, artesanos y obreros), diría El Adelanto, más popular desde luego que los elitistas y antiguos Casino La Unión y Círculo Mercantil, e interclasista según los aires de aquel tiempo, aunque cuando unos años después llegaran otros que lo fueron menos algunos de quienes en sus locales y en sus variadas actividades habían convivido y participado se decantarán (o serán decantados) inequívocamente para representar unos el papel de víctimas y otros el de verdugos en la tragedia y la vorágine desatadas.
Al empuje de la creación de El Madrigal, a su sombra y formando parte de la Sociedad, se constituyó también un Cuadro o Agrupación Artística Bañezana que ultimaba su reglamento a finales de febrero y nombraba a la mitad de marzo su junta directiva, de la que era presidente Domingo Fernández; tesorero, Victoriano Toral; secretario, Santos Cabo; vocales, Elías Falagán Martínez y Abraham Bécares Rodríguez (asesinados los dos, en febrero de 1937 el primero y en octubre de 1936 el segundo), y director de escena Gregorio Sierra Blanco (esposo de Catalina Fernández, padres ambos de Eugenio y de Tomás y abuelos de Eugenio Teodoro Sierra Redondo, todos ellos represaliados después del 18 de julio de 1936). El domingo 2 de julio aquel también denominado Grupo Artístico Bañezano organizaba una velada teatral en el Teatro Pérez Alonso, en la que ponía en escena la comedia “en dos actos y prosa” titulada Como hormigas, de Manuel Linares Rivas.
Otros actos culturales acogían sus salones: el domingo 12 de marzo se celebraba una conferencia a cargo del joven Cecilio Sixto Toral Manjón (poeta y maestro), presentado por el presidente Jesús Juárez, sobre “Cultura, arte y educación”, notablemente concurrida y con nutrida presencia femenina. El siguiente domingo,  día 19, disertaba sobre “El constitucionalismo en la vida política española” el joven abogado Laureano Alonso y Díez-Canseco, recientemente titulado en la Universidad de Salamanca.
A la altura de abril de aquel año tres eran los salones que en La Bañeza se dedicaban a bailes (según la relación que sobre su inspección se remite a la Jefatura provincial de Industria): La Unión, el del Círculo Mercantil, y El Madrigal, que satisfacen rentas a sus respectivos titulares, Eugenio de Mata, Augusto Valderas, y Maximino Ruiz.

En abril de 1934, el día 8, domingo, en los salones de El Madrigal se cerrarían ya de madrugada las celebraciones y agasajos dedicados a los integrantes del Orfeón Leonés que en aquella fecha visitaban en varios autobuses La Bañeza para dar un concierto en el Teatro Pérez Alonso dirigidos por el bañezano Odón Alonso González (“en su primer vuelo artístico”, dirá cuando a la semana siguiente agradezca desde El Adelanto la entusiasta acogida de su pueblo), interviniendo también la Rondalla que dirige el guitarrista José Blanco Bardal. Cosecharían uno de sus mayores éxitos, siendo recibidos por las autoridades municipales y la Banda de Música en la calle Manuel Diz y después en la Casa Consistorial (donde la corporación les obsequió con un donativo de 300 pesetas), y antes de su actuación en el Teatro interpretaron algunas piezas musicales y bailables en la Plaza Mayor, en la sala de sesiones del ayuntamiento, y en los respectivos locales del Casino Bañezano, el Madrigal, y el Círculo Mercantil, donde fueron agasajados y se hizo baile hasta la hora del concierto en el Teatro, para celebrar a su final un banquete en el Hotel Magín y otro baile en honor de los orfeonistas en el salón de la popular Sociedad El Madrigal. Del programa de aquella velada musical destacarían los números originales del paisano compositor “Rengue, rengue”, canto de ronda de subido sabor bañezano; “Catalina”, tonada que canta la alegre juventud cuando la jarana alcanza su algidez, y “Canción de cuna”, melodía que evoca un tiempo no lejano cuando, a bandadas como las golondrinas, huían del agro a tierras del Plata, allende el océano, los mozos sanos, fuertes y optimistas en busca de la riqueza que creían no habían de encontrar jamás en la tierra que los vio na
cer.

Una representación teatral de aquellos años.

1 comentario:

Yram dijo...

Me ha hecho mucha ilusión ver que han nombrado la casa de comidas de mi abuelo Fernando Delgado Fernandez. Muchas gracias.
M. Carmen Castro Delgado.