sábado, 2 de junio de 2018

Don Nicolás Benavides y su poesía


José Cruz Cabo
Hace años me regalaron un libro de D. Nicolás Benavides Moro, que finalizó su vida como general, además de ser un gran poeta, como lo reflejan sus libros de poesías titulados: “A través de la vida”, “Por mi tierra de León” y “Momentos”
Aunque los leí todos hace muchos años, me habían regalado “Momentos”, porque hablaba de las saetas de mi padre en uno de sus poemas. Aquel libro lo perdí en uno de los cambios de casa y pasados varios años, cuando mi relación con nuestro llorado Cronista y grandísimo amigo, Conrado Blanco González me dijo un día: Has leído “Momentos” de Don Nicolas y le dije si, pero el libro lo he perdido” y al día siguiente vino a la imprenta y me dijo “como yo tengo algunos en casa te traigo uno para que lo conserves ya que merece la pena” y me lo regalo. Lo volví a leer y hace unos días, mi hijo mayor Pepe, me comentó si tenia este libro y hoy buscando en la librería en la que hay más de mil libros de todo tipo, lo encontré y voy a reproducir esta poesía porque lo merece y el recuerdo de mi padre quede para los anales de la historia.
la poesía se titula. “Saetas en mi pueblo”
“El que las trajo”:
La saeta nació en Andalucía:
como un pájaro esplendido se alzaba,
y hasta la Gloria del Señor llegaba
porque en las alas del amor subía.
Vino también hasta la tierra mía,
dentro del corazón de un sevillano,
que en nuestro Nazareno bañezano
a su Jesús del “Gran Poder” veía.
En la canción que la piedad encierra,
con el mas puro estilo de su tierra
pone al cantar el corazón entero:
y, cantando al Dolor de los Doleores,
trajo de Andalucía los amores.
el Señor Manoliyo, el tonelero.
Luego explica debajo de la poesía, Manuel Cruz Pérez, sigue viviendo en La Bañeza, donde trabaja en su oficio, y no deja de cantar sus sentidas saetas, todos los años, en Semana Santa.
Comenzó a cantarlas el año 1925 y menos los años 38 y 39, por el fallecimiento de su esposa y madre mía, Everilda, Hasta el año 1945 inclusive. había perdido muchos dientes y se le iba la voz, y no había dinero para ponerselos. Don Nicolás Benavides, la gran avenida que tiene en su ciudad natal, no es por ser general, sino por ser poeta y biógrafo y por hacer mucho bien en aquellos años espantosos de la guerra y la postguerra a muchas personas de su y nuestra ciudad, sobre todo a muchos jóvenes de aquella época.

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