lunes, 11 de diciembre de 2017

Las costumbres religiosas de antes

José Cruz Cabo
En mis años adolescentes y de joven, el respeto a los sacerdotes y los cultos religiosos eran el signo y señal de las fiestas de aquellos años. Las procesiones de todo tipo, Corpus, Semana Santa, ejercicios espirituales o misiones, había qu arrodillarse, quitarse el sombrero o la gorra cuando pasaban las imágenes o el Santísimo, cuando había procesión del corpus, no solo había que quitarse el sombrero o la gorra, sino que había que arrodillarse en plena calle.
A los sacerdotes, si te cruzabas con ellos, había que besarles la mano, además de darles las tardes, los días o las noches. Recuerdo las Misiones que comenzó organizando una procesión para finalizar los mismos, Las primeras veces se puso una cruz en lo alto de la torre de Santa María, con luces de color rojo y cuando la gente pasaba en tren, pensaban que había fuego en nuestra ciudad. Entonces teníamos trenes tanto de mercancías como de correo, nuestra estación era un hervidero de gente para descargar o cargar vagones y los trenes de mercancías paraban más de una hora en nuestra estación, dado el enorme movimiento de mercancía que había que enviar o recoger.
Recuerdo el año 1948, que fue Año Santo Compostelano, y Don Angel preparó una gran peregrinación andando hasta el Santuario de Castrotierra, para todos los jóvenes de la comarca. Nos hizo recorrer todos los pueblos de la zona a los jóvenes de Acción Católica, para que lleváramos propaganda a los sacerdotes de la comarca, y lo teníamos que hacer andando o en bicicleta, y animaran a la juventud de cada localidad a venir a la peregrinación. Al final fuimos más de mil quinientos los jóvenes que peregrinamos al Castro a pie ese año.
Ya siendo Vicario de la Diócesis preparó una especie de concentración en nuestra ciudad, en la Plaza Mayor de chicos y chicas de la mayor parte de la diócesis y a las puertas de la iglesia de Santa María iba repitiendo los nombres de cada uno de los pueblos que venian a dicha
concentración religiosa  y se dio la circunstancia de que al llamar a los de Santa Marta, que era una canción muy famosa en la época, estamos hablando de los años cuarenta y nueve, los chavales se pusieron a cantar la canción, y resultó muy curioso y la gente lo pasó bien. Y es que a Don Angel lo de los chicos y jóvenes se les daban muy bien. por eso en nuestra ciudad le pusieron el sobrenombre de “Atropachicos”
Son recuerdos de una época que no fue ni parecida a esta. Yo vi meter en la prevención a alguna persona por no arrodillarse o quitarse la gorra al pasar el santísimo o uno de los santos de la Semana Santa.

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