martes, 5 de abril de 2016

El primer concierto que participé con la Banda

José Cruz Cabo
Corría el año 1950 y yo era trombón educando en la Banda Municipal. Los ensayos se hacian en donde hoy está el Hogar del Jubilado. El director era don Eloy y para nuestro asombró le llamaron del ayuntamiento, entonces el alcalde era Inocencio Santos, que habían pedido desde el Obispado de Astorga que querian que la banda de La Bañeza, diera un concierto en el Seminario de allí, para la curia y los muchos seminaristas que entonces llenaban el Seminario mayor, unos cuantos de La Bañeza.
Don Eloy escogió un repertorio de dos pasadobles y tres zarzuelas, que estuvimos ensayando con gran entusiasmo y llegado el dia, un autocar de Ramos nos llevó al Seminario de Astorga, donde nos recibieron con gran entusiasmo.
El concierto se desarrolló en medio del fervor y alegría de sacerdotes y seminaristas, y todo resultó perfecto. Lo que yo más recuerdo de aquella jornada, fue la cena que nos ofrecieron las Monjitas que llevaban la cocina, ya que hasta ese día nunca había asistido a una cena tan bien hecha, con toda la urbanidad de las grandes cenas, cosa a la que seguramente ninguno estábamos acostumbrados. Yo desde luego nunca había comido esos manjares que nos pusieron y para mí y para otros chavales más de nuestra banda, fue un descubrimiento culinario que no habíamos tenido nunca.
Fue el primer y único concierto que se dió fuera de la ciudad, en aquellos años, y en un lugar tan emblemático como el seminario astorgano. Pero mis recuerdos se centran en la cena degustada, ya que nunca había comido cosas tan ricas y tan bien hechas y que además tardé en volverlas a comer. 
Es verdad que algunos años las cofradías o el ayuntamiento nos daban limonada y al mendras al finalizar las procesiones del viernes santo, ya que todos los años había una discusión con la Cofradía de Jesús, porque la banda no quería tocar en la procesión de los pasos, dado que no era oficial, y más de un año nos obligó el ayuntamiento a tocar en ella y en compensación nos enviaban a la academia limonada y almendras.
También recuerdo el primer uniforme que se mandó hacer que era de color gris y el día que salimos con él, las gentes nos tomaban por barrenderos y no llegamos a terminar el desfile, ya que los músicos mayores se negaron a seguirlo y el estreno terminó con los trajes en la academia y nunca más nos volvieron hacer otros durante aquellos años, que fueron unos cuantos.
Son recuerdos de una época de mi vida que ahora se me vienen a la memoria, quizá porque voy siendo viejo y los viejos recordamos mas las cosas de la juventud.

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