lunes, 18 de enero de 2016

86.- La detención de don José Marcos de Segovia en julio de 1933.-

RETAZOS DE NUESTRO PASADO.-
Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Ba-ñezanas – Valduerna, Valdería, vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens por José Cabañas González. (+ info en www.jiminiegos36.com)
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El recorrido de la Segunda República española había estado hasta mayo de 1933 (y seguiría estando) salpicado de complots de todo signo (y de rumores o sospechas de ellos) de mayor o me-nor envergadura y de los que con frecuencia aparecían noticias en la prensa, algunos de los cuales, como el que encabezado por Sanjurjo había estallado en agosto de 1932, ya habían tenido algún eco en La Bañeza y su comarca. También otros posteriores lo volverían a tener.
El general Goded y algunos otros militares habían sido detenidos el día 8 de mayo por estar implicados en una nueva supuesta conjura monárquica, y entre el 19 y el 22 de julio unos 3.000 presuntos fascistas, entre ellos Ramiro Ledesma Ramos y una heterogénea colección de jonsistas, anarquistas, monárquicos, albiñanistas, oficiales retirados y antiguos upetistas de la dictadura, lo eran como integrantes de otro pretendido complot contra la República en el que también participa-rían al menos una docena pertenecientes a la organización que por entonces trataba de fundar José Antonio Primo de Rivera con el nombre de Movimiento Español Sindicalista (MES), embrión de la futura Falange Española, y en cuya propaganda figuraba como subtítulo Fascismo Español (FE) nombre en principio destinado para la nueva formación.
En aquella fecha la nota que el gobierno civil de León facilitaba a la prensa señalaba: “Cum-pliendo órdenes superiores se ha procedido a clausurar varios centros sindicales, practicándose de-tenciones, entre las que figuran la del secretario del Ayuntamiento de La Bañeza, don José Marcos, en cuyo domicilio le fueron hallados 40 cartuchos rémington con literatura y el periódico El Fascio. En cumplimiento de aquellas órdenes, todos los detenidos quedan a disposición de la Dirección General de Seguridad (DGS)”. El ABC informaba el 27 de julio: “Detenciones en León. En La Ba-ñeza fue detenido el secretario del Ayuntamiento, don José Marcos. En el Centro Tradicionalista (leonés) se practicaron registros, sin resultado. El día 28 una nueva nota del gobernador dirá: “Ha-biendo remitido los antecedentes de las detenciones practicadas a la DGS y existiendo tranquilidad absoluta en toda la provincia, han sido puestos en libertad todos los detenidos, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponde determinar a la jurisdicción especial creada para este caso”.
Extraordinarias precauciones de vigilancia, registros y detenciones, se adoptaban en diversos lugares (Barcelona, Málaga, Jaén, Zaragoza,…), parece ser que ante el temor de un movimiento fascista, aunque también se detuvieran a algunos comunistas y anarquistas. Se reabren en Barcelona el 7 de agosto los centros tradicionalistas y diversos sindicatos clausurados desde el último supuesto complot, dirá El Diario de León, que informaba el 27 de julio de las numerosas detenciones de im-plicados en un complot fascista realizadas en Valencia y en Granada, donde entre los arrestados hay varios sacerdotes. En Jerez se detuvo a varios sindicalistas y derechistas, además de al director del Diario de Jerez. En Málaga también hay muchos izquierdistas detenidos y han sido clausurados los locales de la CNT y la FAI, y noticiaba el vespertino leonés el 31 que habían sido puestos en liber-tad la mayoría de los apresados hace unos días por un presunto complot fascista. A la media docena de elementos de aquella ideología que hay en Astorga “la policía no quiso hacerles el honor de de-tenerlos”, dicen desde el maragato semanario socialista El Combate, añadiendo que se hicieron va-rios registros (también en el domicilio de un clérigo, significado nacionalista), sin resultado alguno, dándolo mayor en la vecina ciudad de La Bañeza el de la vivienda del secretario de aquel Ayunta-miento, “un dignísimo funcionario de la República que tenía la desfachatez de figurar en todas las asociaciones piadosas creadas con el exclusivo fin de boicotear el régimen”.
El día 25 de junio había sido levemente herido al salir de un mitin tradicionalista en Zarago-za (de donde era natural y pasaba una temporada) Manuel Mollat (de 25 años), profesor del bañe-zano Colegio de Padres de Familia, auspiciado y mantenido por la asociación de igual nombre que en La Bañeza preside precisamente José Marcos de Segovia, y sería la apetencia y la línea carlista (asentada en Astorga y que ya transcurriría por las tramas bañezanas del complot de Sanjurjo y por las actividades eclesiales y los semanarios en los que implicados en aquél y en éste comparten tinta y pluma) más que la fascista (creemos) la que aquí pudiera haber urdido los hilos de aquel oscuro complot, incongruente tanto como los cargos que se les hacen a los detenidos, como resaltará al poco en una de sus secciones de El Adelanto don Ángel Riesco Carbajo (firmando K-Vernícola).
Desconocemos en qué lugar de detención se tuvo recluido a José Marcos de Segovia. En el transcurso de la suya, el 26 de julio, posiblemente en relación con la misma conjura, la Guardia Ci-vil de Valderas y agentes de policía clausuraban en aquella villa el local de la derechista Juventud de Acción Cultural y detenían a los sacerdotes Nemesio García Pérez y Marcelino Macho García (presidente de la JAC), conducidos a la cárcel de Valencia de Don Juan y puestos como aquél a disposición de la DGS. El primero de los clérigos, capellán castrense retirado e impulsor en Valde-ras de la Falange cuando ésta se cree, sería víctima de un atentado el 31 de diciembre de aquel año 1933, tiroteado por tres izquierdistas que le hicieron 24 disparos, de los que le alcanzaron cuatro que le produjeron graves heridas (se libró de morir, se dijo, porque vestía alguna suerte de prenda protectora), una agresión en venganza por otra derechista anterior, en septiembre, en la que era he-rido un socialista y muerto el alcalde Gregorio Ruiz pocos días antes de su boda.
En el pleno del consistorio bañezano del 2 de agosto, cuando retoma en él su labor de secre-tario, José Marcos de Segovia da las “gracias a la Corporación por las gestiones realizadas en su obsequio con motivo de la detención gubernativa de que fue objeto entre los días 24 al 28 del mes de julio para que a la mayor brevedad cesase aquélla”. Manifiesta el alcalde Juan Espeso González su congratulación, a la que se suman los concejales Toribio González Prieto y Liberto Díez Pardo, porque aquel arresto concluyera prontamente, y manifiesta el edil Porfirio González Manjarín que “los de la minoría socialista no hicieron gestión alguna porque desconocían las causas de la deten-ción”.
Noventa de los principales elementos sospechosos permanecieron arrestados durante una o dos semanas, hasta que al fin la policía quedó convencida de que no existía el menor peligro de complot fascista. Todavía el 21 de agosto se ponía en libertad a Gonzalo Latorre, un redactor del diario monárquico La Nación (anterior órgano de la dictadura del general Primo de Rivera que comparte ahora las simpatías por la monarquía y la devoción al fallecido dictador con la atención al fascismo español que asoma de la mano de su hijo) detenido desde el 23 de julio en la cárcel Mode-lo madrileña por aquella supuesta conjura, y el día siguiente eran recogidos y retirados por la policía en la estación férrea de León los ejemplares de la publicación destinados a la ciudad.
En cuanto al periódico El Fascio (Haz Hispano se subtitula) que le hallan a José Marcos de Segovia, del mismo se había publicado un solo número el 16 de marzo de aquel año; suspendido y retirado el mismo día, sólo pudo venderse en un corto número de poblaciones, y los ejemplares que sobrevivieron a la prohibición, junto con hojas y pasquines en los que ya colaboraban José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda, que llevaban un membrete o recuadro con las iniciales FE (Fascismo Español, coincidentes con las posteriores de Falange Española y con el nombre del se-manario que esta publicaría al poco), y otras que las JONS y otros grupos que se denominaban fas-cistas extendían profusamente por Madrid y provincias, circularon entre militares retirados, terrate-nientes provinciales, y elementos upetistas fieles a la memoria del general y marqués de Estella y de antiguo ligados a su dictadura (como era el caso del secretario del Ayuntamiento de La Bañeza, director aquí antaño de su publicación más oficial que oficiosa La Opinión y entusiasta afiliado después –al menos a mediados de 1937- a la Falange fundada por su primogénito).
No terminaron entonces las maquinaciones antirrepublicanas, y así, en la tarde del 3 de no-viembre de 1933, “ya en periodo electoral”, se realizará un registro policial, con nulos resultados,
en tres casas de La Bañeza, “en los domicilios de personas por muchos conceptos dignas del mayor respeto y que gozan de la estimación pública”, Laureano Alonso Diez-Canseco, abogado y desde abril tesorero de la bañezana Juventud de Acción Popular, Salvado
r González Alonso, industrial, titular de la fábrica de pastas para sopa La Flor Bañezana, almacenista y representante de la patronal en el Jurado Mixto de Alimentación de León, y el también industrial José Cabello Fernández. El día 1 se había hecho otro muy minucioso en el santuario de la Virgen de Castrotierra, en el que, según el acta firmada por el párroco, dos policías, dos guardias civiles y dos testigos, “se inspeccionaron todos los locales y muebles y muy particularmente las bóvedas y techados”, también “sin resultado alguno para el fin que se perseguía”.
En cuanto a don José Marcos de Segovia, por muchos años considerado en La Bañeza “pere-jil de todas las salsas”, fueron, además de las citadas, algunas de ellas las siguientes: maurista, y después liberal de los de Pérez Crespo. Secretario del Ayuntamiento desde 1927. Concejal y tenien-te de alcalde en 1924. Diputado provincial, en 1925, en la dictadura primorriverista. Director de La Opinión en su primera época, desde 1924 a 1928, cuando el semanario bañezano era portavoz de la Unión Patriótica Nacional del dictador, de la que fue presidente local. Presidente del Patronato de Buenas Lecturas. Presidente de la Mutualidad Provincial de Secretarios en 1931, y colaborador des-pués en la depuración franquista de los del Partido bañezano. Destacado partícipe en El Adelanto desde su fundación. Miembro a finales de 1932 de la Junta parroquial para el sostenimiento del Cul-to y Clero. Presidente de la Asociación Católica de Padres de Familia y director de su Colegio del mismo nombre en 1933. Leonesista en marzo de 1931 y falangista tradicionalista y de las JONS en julio de 1937. Censor y Jefe de Prensa del Partido Judicial en febrero de 1939, cometidos que ya había desempeñado anteriormente.


Ilustración de El Fascio. 16 de marzo de 1933.

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