lunes, 22 de marzo de 2010

Fernando Carrera, un hombre bueno y desinteresado‏

José Cruz Cabo.-Aunque durante muchos años Fernando Carrera tuvo una satrería, en la calle hoy "Vía de la Plata," denominada sastrería "El Americano", a Fernando comencé a tratarlo cuando junto con Delfín fue nombrado concejal por el tercio de entidades, allá por los inicios de los años 70, cuando Leandro Sarmiento era alcalde de la ciudad. en ese tiempo pude comprobar, su hombría de bien, su bondad y sus enormes ganas de trabajar por La Bañeza. Hay que tener en cuenta que en aquellos años, ni el alcalde, ni los concejales, cobraban por sus trabajos en pro de la comunidad, más bien ponían dinero de su bolsillo algunas veces, porque unas conferencias no se iba a andar pasando cinco pesetas en una factura al municipio, un viaje que se hacía con el coche de uno, no ibas a pedir una factura en la gasolinera por tan poco dinero, y así en muchas cosas que eran para bien de la ciudad pero se ponía del bolsillo de los concejales. Habiendo conseguido Delfín formar la banda de cornetas y tambores, se trataba de confeccionar el uniforme para la misma, y como Fernando era concejal y la ley municipal impedía que a un miembro de la Corporación se le encargaran trabajos para la misma, Leandro le dijo a Delfín que no le diera a Fernando la confección de los trajes. Recuerdo, por estar presente, que Delfín le comentó a Fernando, ya sabes que no te puedo encargar los trajes porque eres concejal, y Fernando le contestó: "ni tú me los puedes encargar, ni yo te los aceptaría".
Y es que en aquellos tiempos el trabajo de concejal era, además de gratis, una manera de perder dinero, porque como representante municipal el ayuntamiento no te podía encargar nada y ni la persona interesada lo aceptaba, por eso en estos tiempos que el ayuntamiento es una vaca a la que ordeñar, nadie puede entender que durante muchos años, ni los concejales ni el alcalde tenían sueldo o comisiones por asistir a los plenos o realizar los trabajos de su concejalía, eso era un esfuerzo que se hacía después del trabajo y de forma desinteresada.
A partir de ese tiempo de concejal, Fernando Carrera y yo, fuimos muy buenos amigos y cuando falleció demasiado joven, sentí su muerte profundamente ya que además perdía a un buen amigo. Por eso quuiero dejar claro que Fernado fue siempre un hombre fiel, leal a su ciudad y una gran persona que supo granjearse, mientras vivió, la simpatía y el afecto de sus compañeros y conciudadanos.

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